martes, 4 de febrero de 2014

Parrilla El Tano, un ícono de la impunidad

01-el-Tano-humo La conocida Parrilla El Tano del partido de Avellaneda, es un ícono del lugar, conocida por el boca en boca, respecto a lo accesible de sus precios, a la atención del consumidor en cuanto se lo sacia con las carnes y provoletas hicieron de este lugar un punto elegido para celebrar encuentros de amigos, cumpleaños, reuniones familiares o simplemente una salida en pareja. Hay dos parrillas pertenecientes a la familia, una se encuentra en la localidad de Dock Sud, en la Av. De Benedetti 2100 y la otra en la Av. Güemes 567, a tan solo 15 minutos de la Capital Federal y a metros del Shopping Alta Avellaneda. 

Nos vamos a ocupar en esta primera nota de la parrilla de la Av. Güemes 567, la más cercana al Palacio Municipal, a tan solo 300 metros a pesar de lo cual, las supuestas intimaciones del municipio al dueño del local se demoran por meses para llegar y los inspectores parecen no ver todas las irregularidades que están visibles, el lugar es atendido por Fabio Caschetto y su mujer, a veces lo ayuda su padre, el fundador del Tano.

Funciona desde el 2001, una época en la que muchos vieron cerrar sus negocios pero con la ayuda de algunos funcionarios, la parrilla fue creciendo, así, hoy la página en Facebook del lugar posee 16.168 me gusta y como muchos de los lugares que funcionan irregularmente en Avellaneda, para gran parte de los asiduos concurrentes es el mejor lugar de la zona sur.

Lo que pocos parecen percibir, tal vez por la misma conducta egoísta de toda persona, es que el éxito del negocio, se sustenta en no respetar las normas mínimas vigentes y en el hecho de que corrupción mediante, quienes concurren al lugar pueden gozar de la inmunidad que por un rato da el hecho de comer allí.

Autos mal estacionados complicando la circulación de los que utilizan la Av. Güemes, autos sobre las veredas, sobre el boulevard, en doble y triple fila, en las ochavas, y la ausencia de las grúas municipales que están a solo metros del local. Pocos saben, que esos mozos y chicas tan agradables que trabajan allí no se encuentran debidamente registradas, son trabajadores en negro.

Por tal motivo nos pusimos en contacto con la delegación de UTHGRA y solicitamos comunicarnos con el Secretario General Sasprizza Laura, para saber los motivos por los cuáles no se ha controlado la parrilla y las condiciones laborales de los empleados, pero a diferencia del Secretario General del SECLA Avellaneda, Pedro Orlando Machado que se comunicó con nuestro multimedios, nadie se hizo cargo de la consulta, a pesar de conocer exactamente el lugar, ¿por qué será?. 

Uno de los requisitos que deben cumplir los comercios con más de 3 empleados, es el de poseer vestuarios independientes, es decir, para hombres y mujeres, algo que nunca tuvo la parrilla. 

Nos comunicamos con el Ministerio de Trabajo de la Provincia de Buenos Aires, delegación Avellaneda, ubicado en la Av. Mitre 2718, teléfono 4203-1547, mail: davellaneda@trabajo.gba.gov.ar, para consultar con su titular el Dr. Cousirat Ricardo Gustavo, respecto de las quejas de algunos empleados en cuanto no se realizan inspecciones sin aviso por precariedad laboral y que cuando se hacen las pocas inspecciones, son avisados y a los empleados se les pide que se queden en la zona hasta que termine la inspección, primero nos informaron que el Dr. recién se retiraba y luego que en un rato volvía de una audiencia, ¿cuál será la verdadera información?

Lo concreto es que nadie se puso en contacto como nos aseguraron y así es como existen negocios que exitosos poseen un “amparo” de algunos funcionarios.

Para describir un poco que viven los que concurren a la parrilla voy a referenciar un artículo periodístico de José Totah un colega invitado al lugar y que lo describe así: “En el salón entran unas 200 personas, acomodadas en mesas largas que se separan apenas un poco para dividir los grupos, aunque pareciera que todos están hermanados por la misma pasión, como si se tratara de una kermesse, una tribuna en la cancha o una cena de fin de año en un club. Casi siempre, después de medianoche, ponen música y todos bailan con todos en este merengue social. Afuera esperan unas 50 o 60 personas más, en un tumulto que parece la entrada de un show del Indio Solari. En horas pico la espera es de por lo menos una hora y media. Y nadie se queja.” “Pasan las horas y el salón se va hundiendo en un vapor que impregna la ropa. Hasta el piso se vuelve resbaloso y uno se siente en “Patinando por un sueño”, aunque en este caso sería “Patinando por un matambre”. 

No lo dice quien escribe este artículo, lo dice un periodista al que se invitó para destacar el lugar y promocionarlo, un periodista que tentado por la comida y la atención pasó por alto el riesgo de que 200 personas no podrían jamás ser evacuadas por la entrada a la parrilla, entrada que fue modificada sin al parecer un control municipal, ya que las dimensiones de la misma no son las mínimas obligatorias en este tipo de comercios, tampoco el periodista tuvo en cuenta que esa grasa que siente patinar bajo sus pies, no debería estar en el piso, que además de ser suciedad, es inflamable.

En cualquier comercio del rubro alimenticio, la limpieza es un requisito que no se puede pasar por alto, y basta con concurrir a la parrilla, y ver al mismo personaje que interpreta el Tano, con su gorrita con visera todo sucio y transpirado, puede parecer muy trabajador pero hace tiempo que está lejos de ello, basta sacar una simple cuenta para entender los números que dan una recaudación, ya que esos 200 se renuevan en una noche, entonces bien podría tener bien registrados a los empleados, invertir en mejorar las condiciones edilicias y la limpieza, adecuar el local a los requisitos de seguridad, higiene y prevención contra incendios, invertir en la acústica del salón para que la música no perturbe a las casas linderas.

Una lectora del medio, nos advertía sobre la suciedad, la presencia de cucarachas y otros insectos, pero puntualmente nos dejaba un comentario muy cierto, “no va a pasar nada hasta que alguno se intoxique mal, y espero no sea una criatura.” Y es verdad, muchas personas concurren con criaturas.

Es en estos lugares disfrazados de “populares” donde no siempre todos disfrutan de esa cercanía obligada por la falta de espacio y el deseo de meter más gente de la que debería que es común en estos comercios de Avellaneda, todos quieren explotar sin mucha inversión cada centímetro, ya tuvimos el ejemplo de El Almacén de Gerli, quien durante años recaudó amparado por corruptos funcionarios municipales, no pagaba las deudas y hasta tenía un Nextel pagado por el municipio para su uso personal. Luego de nuestra investigación, el municipio pudo cobrar las deudas para poder habilitar en tiempo record el lugar, resta saber que van a hacer con el tema de los shows, pero era evidente que teníamos razón, porque nos dedicamos a investigar.

Lamentablemente, existe una cultura “chatarra” donde muchos piensan con la panza antes que con la cabeza, y creen que porque en el Tano se come por unos pesos hasta vomitar o empacharse, el lugar es lindo y debe ser cuidado, cuando en realidad hay que cuidar la vida y respetar las normas. Adecuar su negocio no es un problema económico para el Tano, pero para qué gastar si nadie se lo va a exigir.

Funcionarios, tanto municipales, como de los ministerios que deben controlar, policías, todos parecen volverse ciegos y no ver lo que está frente a ellos, es como sí un chorizo, un pedazo de carne los hipnotizara y otros, esos que hace tiempo ya no deberían estar en la función pública, alaban las “coimas” del Tano.

En la investigación periodística el propio responsable de la Dirección de Habilitaciones Comerciales Juan Domingo Perón reconoció irregularidades en la habilitación del comercio que ya lleva varias reformas hechas, incluso mencionó que se redacto una intimación, que pasados los meses parece no llegar nunca.

Pudimos contar con el testimonio de dos vecinos Hugo y Daniela preocupados por las molestias e inconvenientes que se genera con la parrilla, que van desde colas de personas en las puertas de sus domicilios, hasta la inseguridad, en exclusiva, pudimos ver el terreno vacío que ocupó el Tano para llevar allí la basura y apilar los cajones de las verduras que se apilan de forma peligrosa contra la pared de la casa vecina, cuyos ocupantes temen un incendio. 

En el mismo terreno se mezcla, la grasa, la comida para tirar, roedores, y por si fuera poco, el desagote del pozo ciego está en este terreno con una conexión clandestina. Las parrillas nuevas incluso están sobre un espacio que no le pertenece y la campana del asador además de estar colocada en forma precaria, no cumple con la altura mínima para no afectar a los vecinos con el humo. 

Nos comentan vecinos que muchos ya hoy desistieron de las quejas y las denuncias ante la impunidad con la que se maneja el dueño, relatan peleas donde frente a los policías que cuidan la zona se golpeó muy fuerte a jóvenes y estos no actuaron, llamados a la Dirección de Tránsito para pedir una grúa que remueva el auto estacionado en la vereda frente a su puerta y que cuando se les decía la dirección no concurrían. 

Presentaciones en el municipio sin resultados e inspectores que en lugar de hacer su trabajo le informaban al Tano que vecinos lo habían denunciado. Amenazas de Fabio y hasta golpes con vecinos y clientes, pero la policía siempre ausente, llamados a la comisaría 1ra. que nunca tuvieron recepción positiva.

Indignación e impotencia es lo que sienten los vecinos, no se puede vivir sintiendo que un tipo porque recauda buen dinero con su negocio puede hacer lo que quiera. Incluso comentan que no les quisieron tomar la denuncia en la Defensoría del Pueblo de Avellaneda a cargo del Dr. Sebastián Vinagre. 

Pasaron varias gestiones municipales y a pesar de todo lo descripto, siempre han mirado para otro lado a la hora de controlar, pero conocen todos muy bien el lugar y a su dueño. 

Como se ve en el video, hasta se encuentra “colgado” del alumbrado público con un cable pelado lo que es un riesgo de vida para cualquiera que pase caminando por el lugar, también se ven cables pelados en el medidor, algo irregular, y que los vecinos denuncian lo conectan los mismos de EDESUR S.A. que él conoce e invita al lugar.

Hay responsables, desde el municipio hoy sumamos al Intendente Jorge Ferraresi a quien le hemos cursado una presentación anterior a la nota, hemos advertido los riesgos de una tragedia, con lo cual no podrán decir que no sabían lo que ocurría, el Secretario de Gobierno y Seguridad Dr. Pablo Vera, responsable de los inspectores y varias de las dependencias que tendrían que fiscalizar, el Secretario de Obras y Servicios Públicos Ing. Ariel Alejandro Lambezat, el Secretario de Salud Dr. Luis Parrilla, el Secretario de Legal y Técnica Dr. J. Mariano Maltese y el Jefe Distrital Comisario Inspector Canosa, de quien dependen los móviles de Protección Urbana y los patrulleros de la comisaría 1ra.

En este primer informe señalamos y denunciamos las irregularidades, esperamos que los funcionarios que no tengan participación en esto cumplan con su trabajo y no existan más dilaciones en hacer que este comercio se ajuste a los normas. 

Los vecinos tenemos un HCD (Honorable Concejo Deliberante) que esperamos que sus miembros hagan honor al hombre y se interesen en que no siga repitiéndose esta irregular situación por el bien de los vecinos de Avellaneda, de los trabajadores de la parrilla y de los que nos visitan confiados en que si un lugar tan visible y popular funciona es porque debe cumplir con todas las normas, más cuando está a metros del Palacio Municipal y es visitada por casi todos los funcionarios y políticos locales.

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Marcelo Ricardo Hawrylciw
Editor General del Multimedios El Sindical

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