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lunes, 8 de junio de 2015

La niñez sin inocencia

oso-colgadoEn contraste con la ignorancia, la inocencia se toma generalmente como un término positivo, denotando una visión dichosamente positiva del mundo, donde se da una menor experiencia bien en una visión relativa a los iguales sociales, bien por una comparación absoluta a una escala normativa más común. 

La falta de criterio de muchos padres a la hora de tener que asumir la educación de sus hijos que crecen en una sociedad cada vez más convulsionada, violenta, respeto por sí mismos mucho menos por el otro. Los medios tienen una gran responsabilidad en esto de deformar la información y de inculcar en gente con poca formación cultural los conocimientos necesarios para advertir situaciones de riesgo, actuar sobre el hecho ya consumado generalmente revela una familia donde no se supo actuar a tiempo, donde faltaba diálogo y en ese desconocimiento del padre sobre las actividades de sus hijos es muy difícil poder establecer límites. 

Las redes sociales hoy se inundan de opiniones, incluso de profesionales a los que les falta experiencia de campo y criterio para opinar, surgen frases tan convenientes como poco comprometidas, decir que la sociedad es responsable de los excesos de los niños y adolescentes, es magnificar hechos que tienen que ver sí con los padres como miembros de la sociedad, pero primeros responsables de la falta de comunicación en sus hogares y del desprecio por valores que hoy parecen ser algo del pasado. 

Educar a un hijo no es solo tarea de los docentes, incluso a la falta de vocación de muchos docentes, sumamos como sociedad el hecho de que algunos padres han desautorizado la autoridad de los mismos, con comentarios críticos sobre los maestros incluso con hechos de violencia. Los chicos en su crecimiento reciben innumerable información, Internet es una herramienta excelente, pero para chicos sin tutela de mayores es una puerta a una especie de caja de Pandora. 

No existe una fórmula para el éxito como padre, pero sí existe algo que construirá los cimientos de una sana relación entre hijos y padres, el compromiso y la participación, no es un secreto y no es necesario ser un profesional o egresado académico para saber que los hijos, que los niños observan a los adultos, que buscan un referente, por eso es necesario que los padres participen de la formación de sus hijos, que participen de las actividades, de las escolares, que conozcan a los docentes, que participen de las reuniones, que miren sus cuadernos o carpetas, todo es importante, incluso participar en los actos escolares, el trabajo o la falta de tiempo no es una excusa, el padre que no puede participar en esto, puede hacerlo en su casa, puede dedicarle tiempo a sus hijos cuando sus obligaciones se lo permiten. 

Como en muchos de los problemas sociales, existe una gran hipocresía a la hora de analizar qué les pasa a los menores, el inicio temprano en la sexualidad, en las adicciones, son una clara señal de que existen fallas que exceden a la responsabilidad del Estado o la sociedad, droga y alcohol existió siempre, los adolescentes siempre estuvieron expuestos a estos riesgos, pero hoy la permisividad de muchos padres que permiten que prácticamente niños “jueguen a ser adolescentes” los expone más a peligros que no son nuevos, pero que han ganado espacio por la falta de diálogo y seguimiento de los padres. 

Muchos padres pregonan el amor por sus hijos, se muestran interesados e incluso tratan de cumplir frente a la sociedad y las autoridades escolares, pero luego en sus casas, donde creen sus hijos están seguros, no controlan con quienes interactúan sus hijos, no saben qué páginas visitan o quienes son realmente sus contactos. 

Los perpetradores y pedófilos no descansan, ellos perfeccionan sus métodos para captar menores, he detectado para sorpresa de algunos padres que incluso sitios que uno estima seguros como por ejemplo YouTube, existen videos infantiles que en algunos pasajes combinan dibujos sexuales, así, si uno no ve el video de dibujos completo, cree que se trata de un inofensivo dibujo animado.

La falta de filtros para menores en las máquinas por parte de muchos padres, es otro foco a tener en cuenta, ya que muchas veces de forma accidental los hijos acceden a sitios pornográficos. 

Paloma Valladares Ortiz, psicóloga especialista en Educación "La escuela sí es la principal fuente de educación en el niño sin embargo, para que esto se dé tiene que estar la familia atrás, porque antes de que vaya el niño la escuela el primer contacto que tiene con el exterior es por medio de la familia". "Si se pierde esta parte, es cuando el niño puede encontrar muchos problemas sobre todo entre los ocho y los diez años, puede empezar a desarrollar conflictos de identificación y ya no será tan fácil encontrarse a sí mismo, todo esto por la falta de la autoridad de los padres", dijo. 

Las consecuencias puede ser devastadoras, la psicología infantil asegura que algunos factores que presentarán los niños de padres que no se ocupan de la educación de sus hijos son: Desequilibrio mental ante la posibilidad de ser rechazado por sus padres, aislamiento, pérdida de autoestima, culpa y vergüenza, depresiones y delincuencia juvenil.  

Por el contrario, la experta explicó que cuando hay un apoyo familiar en la educación del niño, cuando la familia es la primera que promueve la educación, el niño tiene un auto-concepto mucho más fuerte y la fuerza para desenvolverse por sí mismo.  

Recalcó, que es muy importante que la familia apoye a sus hijos tanto el ámbito escolar como en sus relaciones sociales.  

Comparto que es necesario para la educación de un hijo que los padres asuman que decir No o poner límites no solo es bueno, sino necesario, pero también es cierto que los padres deben educar más que nadie con el ejemplo.

Por estos días es común oír y leer a padres exponer sus vidas, sus broncas y hasta sus vicios públicamente, incluso repetir estas conductas delante de sus hijos, entonces, que límite le puede poner un padre a su hijo si por ejemplo en su Facebook se suben fotos, comentarios y hasta se hace apología del porro o las bebidas, y una vez más los medios publican estadísticas de aumento de consumo de bebidas y drogas de los chicos, como si eso no tuviera un origen en el seno familiar y algunos salen con las frases huecas de que la sociedad debe ser responsable, primero los sujetos que forman la sociedad deben ser responsables para en conjunto tener una sociedad responsable.

Falta una autocrítica profunda, primero de los padres, que actúan como si fueran “amigos” de sus hijos, se exponen a algo que no tiene nada que ver con la sinceridad, fumarte un porro delante de tus hijos o con ellos no te hace un padre cool, ni los prepara para ser “más vivos”. 

Se marcha pidiendo ni una menos, cuando los hogares cada día son más violentos, y ninguna Ley o castigo cambiará lo que se mama en el hogar, sin respeto, sin educación, podremos hacer miles de marchas pero el resultado seguirá siendo el mismo que hasta ahora, un fracaso. 

Hay que dejar de creer que otro, un político va a traernos la solución, porque la solución se empieza a construir entre todos, sin solidaridad como sociedad estamos condenados al fracaso, sin equidad estamos condenados al fracaso, porque no se trata de que ninguna mujer sufra violencia, nadie debe sufrir violencia, ni los niños, ni los ancianos, ni los hombres, falta valor para buscar un equilibrio y en estas medidas que se ponen de moda surgen incoherencias, tipos reconocidos por haber agredido a sus parejas durante años se sacan una foto con un cartel y la leyenda ni una más y lavaron sus culpas. 

Incluso muchas mujeres que he leído en las redes reclamar respeto por las mujeres, a diario denigran a otras en sus muros, incluso hablan de niñas a las que “etiquetan” de rapiditas, ¿eso no es violencia?.

Los hombres violentos se formaron generalmente en hogares violentos, es entonces muy importante la educación como prevención de la violencia, pero sin dejar de lado que la injusticia y la mentira generan violencia. En España el abuso de algunas mujeres mal asesoradas por abogados oportunistas generó el efecto contrario, la violencia no bajó, familias enfrentaron largos conflictos y lejos quedó la esperanza de erradicar la violencia doméstica.

En la Argentina, las víctimas de no adecuar la Ley de violencia de género, será como lo fueron en los países que fracaso por los abusos la ley, los hijos de esos matrimonios. Las verdaderas víctimas de esta sociedad hipócrita son los niños, los adolescentes, que no encuentran una vía de diálogo porque nos observan a los mayores, porque ven que los ejemplos de sus padres, no son lo que les inculcaron, porque incluso sienten vergüenza de lo que hacen público sus padres y esto no es culpa de la tecnología, no es culpa de las redes sociales, es culpa de padres que publican como ya lo dije sin pensar las consecuencias de sus actos, Internet no es un diario íntimo, es un ámbito público, incluso para los que dicen tener sus publicaciones en privado solo para unos pocos. 

La vorágine de muchos ha llevado a que hoy los niños hayan perdido la inocencia, mucha información sin procesar y sin el acompañamiento de los padres, padres que viven como si se tratara de adolescentes, expuestos, algunos incluso sin importarles que su ridículo lo trasladan a sus hijos.

Con estas conductas imprudentes, les extraña después que sus hijos se depriman, que no rindan, que no confíen en ellos. Niños/as con tatuajes, piercings, vestidos como adultos, maquillados, con celulares y notebooks sin control, sin horarios, sin hábitos para alimentarse, para el estudio, el aseo, para el descanso. Es indudable que como sociedad es necesario replantearse muchas cosas, pero considero que primero es necesario empezar por casa.  

Por Marcelo Ricardo Hawrylciw

lunes, 2 de abril de 2012

El maltrato infantil

El maltrato a los niños es un problema universal que ha existido desde tiempos remotos, sin embargo es en el siglo XX con la declaración de los derechos del niño (O.N.U. 1959), cuando se le considera como un delito y un problema de profundas repercusiones psicológicas, sociales, éticas, legales y médicas.
La investigación norteamericana sitúa el comienzo de la sensibilización mundial cuando investigadores como Kempe, Silverman, Steele, y otros, en 1962 etiquetaron el llamado Sindrome del niño maltratado.

Definición y clasificación del maltrato infantil

No existe una definición única de maltrato infantil, ni una delimitación clara y precisa de sus expresiones. Sin embargo, lo más aceptado como definición es todas aquellas acciones que van en contra de un adecuado desarrollo físico, cognitivo y emocional del niño, cometidas por personas, instituciones o la propia sociedad. Ello supone la existencia de un maltrato físico, negligencia, maltrato psicológico o un abuso sexual. (NCCAN, 1988). Esta definición está en concordancia con la existente en el manual de psiquiatría DSM-IV.

1. El maltrato físico

Este tipo de maltrato abarca una serie de actos perpetrados utilizando la fuerza física de modo inapropiado y excesivo. Es decir, es aquel conjunto de acciones no accidentales ocasionados por adultos (padres, tutores, maestros, etc.), que originan en el niño un daño físico o enfermedad manifiesta. Aquí se incluyen golpes, arañazos, fracturas, pinchazos, quemaduras, mordeduras, sacudidas violentas, etc.

2. La negligencia o abandono

La negligencia es una falta de responsabilidad parental que ocasiona una omisión ante aquellas necesidades para su supervivencia y que no son satisfechas temporal o permanentemente por los padres, cuidadores o tutores. Comprende una vigilancia deficiente, descuido, privación de alimentos, incumplimiento de tratamiento médico, impedimento a la educación, etc.

3. El maltrato emocional

Es aquel conjunto de manifestaciones crónicas, persistentes y muy destructivas que amenazan el normal desarrollo psicológico del niño. Estas conductas comprenden insultos, desprecios, rechazos, indiferencia, confinamientos, amenazas, en fin, toda clase de hostilidad verbal hacia el niño. Este tipo de maltrato, ocasiona que en los primeros años del niño, éste no pueda desarrollar adecuadamente el apego, y en los años posteriores se sienta excluido del ambiente familiar y social, afectando su autoestima y sus habilidades sociales.

4. El abuso sexual

Es uno de los tipos de maltrato que implica mayores dificultades a la hora de estudiar. Consiste en aquellas relaciones sexuales, que mantiene un niño o una niña (menor de 18 años) con un adulto o con un niño de más edad, para las que no está preparado evolutivamente y en las cuales se establece una relación de sometimiento, poder y autoridad sobre la víctima.
Las formas más comunes de abuso sexual son: el incesto, la violación, la vejación y la explotación sexual. También incluye la solicitud indecente sin contacto físico o seducción verbal explícita, la realización de acto sexual o masturbación en presencia de un niño y la exposición de órganos sexuales a un niño.
El maltratador habitualmente es un hombre (padre, padrastro, otro familiar, compañero sentimental de la madre u otro varón conocido de la familia). Raramente es la madre, cuidadora u otra mujer conocida por el niño.
Otro tipo de maltrato infantil es el llamado Sindrome de Münchausen por poderes, consiste en inventar una enfermedad en el niño o producirla por la administración de sustancias y medicamentos no prescritos.
Generalmente se trata de un niño en la edad de lactante-preescolar (edad media de 3 años). Los signos y síntomas aparecen solamente en presencia de la madre (habitualmente el perpetrador del abuso), son de causa inexplicable y los exámenes complementarios no aclaran el diagnóstico. Este sindrome presenta una mortalidad entre 10-20%, y su impacto a largo plazo puede dar lugar a desórdenes psicológicos, emocionales y conductuales.
Además se debe incluir el maltrato prenatal, definido como aquellas circunstancias de vida de la madre, siempre que exista voluntariedad o negligencia, que influyen negativa y patológicamente en el embarazo, parto y repercuten en el feto. Tales como: rechazo del embarazo, falta de control y seguimiento médico del embarazo, negligencia personal en la alimentación e higiene, medicaciones excesivas o no prescritas, consumo de alcohol, drogas y tabaco, exposición a radiaciones, y otras.
En los últimos tiempos se habla de maltrato institucional, que consiste en cualquier legislación, programa o procedimiento, ya sea por acción o por omisión, procedente de poderes públicos o privados, por profesionales al amparo de la institución, que vulnere los derechos básicos del menor, con o sin contacto directo con el niño.
Cada uno de estos tipos de maltrato infantil presentan indicadores físicos y conductuales en el menor maltratado, así como indicadores conductuales y actitudes del maltratador, lo cual ayuda en su diagnóstico.

Las causas del maltrato infantil

Los estudiosos del tema del maltrato infantil han tratado de explicar su aparición y mantenimiento utilizando diversos modelos, así tenemos: el modelo sociológico, que considera que el abandono físico es consecuencia de situaciones de carencia económica o de situaciones de aislamiento social (Wolock y Horowitz, 1984); el modelo cognitivo, que lo entiende como una situación de desprotección que se produce como consecuencia de distorsiones cognitivas, expectativas y percepciones inadecuadas de los progenitores/cuidadores en relación a los menores a su cargo (Larrance, 1983); el modelo psiquiátrico, que considera que el maltrato infantil es consecuencia de la existencia de psicopatología en los padres (Polansky, 1985); el modelo del procesamiento de la información, que plantea la existencia de un estilo peculiar de procesamiento en las familias con menores en situación de abandono físico o negligencia infantil (Crittender, 1993); y por último el modelo de afrontamiento del estrés, que hace referencia a la forma de evaluar y percibir las situaciones y/o sucesos estresantes por parte de estas familias (Hilson y Kuiper, 1994).
En la actualidad el modelo etiopatogénico que mejor explica el maltrato infantil, es el modelo integral del maltrato infantil. Este modelo considera la existencia de diferentes niveles ecológicos que están encajados unos dentro de otros interactuando en una dimensión temporal. Existen en este modelo factores compensatorios que actuarían según un modelo de afrontamiento, impidiendo que los factores estresores que se producen en las familias desencadenen una respuesta agresiva hacia sus miembros. La progresiva disminución de los factores compensatorios podría explicar la espiral de violencia intrafamiliar que se produce en el fenómeno del maltrato infantil. Entre los factores compensatorios se señalan: armonía marital, planificación familiar, satisfacción personal, escasos sucesos vitales estresantes, intervenciones terapéuticas familiares, apego materno/paterno al hijo, apoyo social, buena condición financiera, acceso a programas sanitarios adecuados, etc. Entre los factores estresores se cuentan: historia familiar de abuso, disarmonía familiar, baja autoestima, trastornos físicos y psíquicos en los padres, farmacodependencia, hijos no deseados, padre no biológico, madre no protectora, ausencia de control prenatal, desempleo, bajo nivel social y económico, promiscuidad, etc.

Consecuencias del maltrato infantil

Independientemente de las secuelas físicas que desencadena directamente la agresión producida por el abuso físico o sexual, todos los tipos de maltrato infantil dan lugar a trastornos conductuales, emocionales y sociales. La importancia, severidad y cronicidad de las estas secuelas depende de:
  • Intensidad y frecuencia del maltrato.
  • Características del niño (edad, sexo, susceptibilidad, temperamento, habilidades sociales, etc).
  • El uso o no de la violencia física.
  • Relación del niño con el agresor.
  • Apoyo intrafamiliar a la víctima infantil.
  • Acceso y competencia de los servicios de ayuda médica, psicológica y social.
En los primeros momentos del desarrollo evolutivo se observan repercusiones negativas en las capacidades relacionales de apego y en la autoestima del niño. Así como pesadillas y problemas del sueño, cambios de hábitos de comida, pérdidas del control de esfínteres, deficiencias psicomotoras, trastornos psicosomáticos.
En escolares y adolescentes encontramos: fugas del hogar, conductas autolesivas, hiperactividad o aislamiento, bajo rendimiento académico, deficiencias intelectuales, fracaso escolar, trastorno disociativo de identidad, delincuencia juvenil, consumo de drogas y alcohol, miedo generalizado, depresión, rechazo al propio cuerpo, culpa y vergüenza, agresividad, problemas de relación interpersonal.
Diversos estudios señalan que el maltrato continúa de una generación a la siguiente. De forma que un niño maltratado tiene alto riesgo de ser perpetuador de maltrato en la etapa adulta.

Prevención del maltrato infantil y actuación del pediatra.

Los pediatras, al ser los profesionales de salud que están en mayor contacto con los niños, son los llamados a realizar la prevención del maltrato infantil, además de establecer diagnósticos y junto con un equipo multidisciplinario colaborar en su tratamiento.
Los pediatras se encuentran en una posición favorable para detectar niños en situación de riesgo (sobre todo en menores de 5 años, la población más vulnerable), a partir de esta edad los maestros comienzan a tener un papel principal en la prevención y diagnóstico.
La prevención del maltrato infantil se establece en tres niveles:
Prevención Primaria: dirigida a la población general con el objetivo de evitar la presencia de factores estresores o de riesgo y potenciar los factores protectores del maltrato infantil.
Se incluyen:
  • Sensibilización y formación de profesionales de atención al menor.
  • Intervenir en la psicoprofilaxis obstétrica (preparación al parto).
    Intervenir en las escuelas para padres, promoviendo valores de estima hacia la infancia, la mujer y la paternidad.
  • Prevenir el embarazo no deseado, principalmente en mujeres jóvenes, mediante la educación sexual en centros escolares y asistenciales.
  • Búsqueda sistemática de factores de riesgo en las consultas de niño sano. Así como evaluar la calidad del vínculo afectivo padres-hijos, los cuidados del niño, actitud de los padres en la aplicación del binomio autoridad-afecto.
  • Intervenir en las consultas y exponer los derechos de los niños y la inconveniencia de los castigos físicos. Ofrecer la alternativa de la aplicación del castigo conductual.
  • Identificar los valores y fortalezas de los padres, reforzando su autoestima.
Prevención Secundaria: dirigida a la población de riesgo con el objetivo de realizar un diagnóstico temprano y un tratamiento inmediato. Atenuar los factores de riesgo presentes y potenciar los factores protectores.
Se incluyen:
  • Reconocer situaciones de maltrato infantil, estableciendo estrategias de tratamiento.
  • Reconocer situaciones de violencia doméstica o de abuso a la mujer y buscar soluciones.
  • Reconocer las conductas paternas de maltrato físico o emocional, considerando la remisión de la familia a una ayuda especializada en el manejo de la ira y la frustración.
  • Remitir a centros de salud mental a padres con adicción a alcohol y drogas.
Prevención Terciaria: consiste en la rehabilitación del maltrato infantil, tanto para los menores víctimas como para los maltratadores. Para ello se debe disponer de un equipo interdisciplinario (pediatras, psiquiatras, psicólogos, trabajadores sociales, orientadores familiares, terapeutas, jueces de menores, cuerpos policiales, etc.).

EL MALTRATO INFANTIL ES UN PROBLEMA DE TODOS.



Por: Dr. Eduardo R. Hernández González.

Pediatra y Terapeuta de la Conducta Infantil.