Cuando por el 2013, fuimos el único medio en publicar la imprudencia de los dueños del lugar denominado Almacén de Gerli, se desato un fuerte intento de desacreditar mi persona y el medio, pero las evidencias eran tan contundentes que a la clausura que hizo que tocaran pito en varios despachos municipales incluido el del intendente y su esposa, el municipio en palabras del Secretario de Gobierno y Seguridad Pablo Vera, se habían comprometido a que el levantamiento de la clausura dependía de que no se realizaran shows musicales, ya que el lugar no tiene las dimensiones mínimas requeridas.
Parece que en tiempos preelectorales, todo lo que se pueda recaudar es muy bienvenido, o tal vez la avaricia humana sea el motor que impulsa a que desde hace meses, los vecinos hayan vuelto a escribirnos para quejarse de los ruidos molestos del local, donde sin contar como ya lo habíamos denunciado con el espacio requerido para ese tipo de eventos y el capricho de no mudarse de local, y más aún sin la aislación acústica requerida, volvieron a los festejos de cumpleaños, a los karaoke y ocupar el espacio público que es la vereda, impidiendo el paso normal de los vecinos.
Al parecer, Pablo Vera, o no ha aprendido nada en su cargo, o debe tomar severas medidas disciplinarias con el personal a su cargo, porque el área de habilitaciones e inspecciones es un antro de corrupción, bares sin controles, remiserías truchas, agencias de autos y motos que hacen lo que quieren, tal vez sea el momento de que la justicia investigue para determinar los motivos por los cuáles en Avellaneda se incumple la Ley, pero también porque los funcionarios incumplen con sus obligaciones.
Por Marcelo Ricardo Hawrylciw
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